Luis villoro el pensamiento moderno pdf


















Empie- sean, las aceptan como un trasfondo incuestionable. Antes que una doctrina, formu- Las ideas ilustradas y su legado en los siglos posteriores, lada en enunciados precisos, esas ideas expresan una se levantan sobre esa previa manera de sentir y pensar el manera de pensar las relaciones del hombre con el mundo, mundo, nacida de la ruptura del mundo medieval.

La una preferencia por ciertos valores y un estilo general de ruptura se inicia en el Renacimiento. Natural- un giro decisivo en la imagen del mundo y del hombre y mente que esta manera de pensar coexiste, durante toda en el modo de pensar sobre ellos. Inclu- versal. Una figura del mundo empieza a brotar, lentamente, en el seno de la anterior. Primero es..

Esto sucede en los siglos xv y xVi. A partir de la crisis de la modernidad buscaremos los m1- Otra advertencia. La nueva figura del mundo no rem- cios de ese pensamiento en crisis. Loyola para comprender que no todo el pensamiento del Ver en suma, el hombre moderno en la frescura de sus siglo XVI es renacentista.

Ernst Troelsch, por ejemplo, pen- inicios, en el entusiasmo de su primer descubrimiento. Rena- mos "Renacimiento".

El tema distintos. El universo medieval estaba constituido por dos niveles de ser completamente distintos, sujetos cada uno a leyes propias. Estaban constituidas por un material sutil y trans- parente; giraban todas ellas con movimiento regular. Era la esfera. Todo se en- de la cual se encuentran circunscritas otras tantas esferas cuentra entre estos hitos perfectamente deterrrunados.

La sociedad humana, de modo semejante. Es una socie- El mundo es limitado y tiene un centro. Dentro de esta dad jerarquizada en donde cada estamento ocupa su arquitectura cada cosa tiene asignado un sitio. Por lo contrario, en el mundo sublunar rige la ge- luego a la literatura barroca. El autor ,de medieval considera la arquitectura humana. Ese mundo concreto del hombre es un mundo finito en el que es Dios, naturalmente.

LaTierra es vista como una superficie limi- conciencia. Quien tiene el papel les muestran un centro preciso. Cada quien debe cumplir el papel que le ha sido dado en la farsa.

El mundo no tiene centro. Desde puntos dos, de modo que las mismas propiedades de la Tierra las de vista diferentes,todos pueden ser vistos como centros. Si en la Edad Me- torno nuestro.

En el Renacimiento, la Tierra deja uno de ellos nos encontramos nosotros. Este pensamiento [la infinitud del universal lleva consigo paralelas.

Giordano Bruno da este paso. Los comerciantes empiezan a congregarse en ligas. Aparece, por primera nueva. Aunque las posibilidades de ascenso social son vez, la gran banca. Es la virtud perso- capacidad de empresa. En Florencia se 5 A. Hale, La Europa del Renacimiento. Surgen por todas partes. En algunas' no la naturaleza. Esta nueva imagen del. Uno de ellos es Marsilio Ficino, "microcosmos". El hom. Me refiero a Giovanni Pico della "en el interior de la potencia de la humanidad, todas las Mirandola.

Pico fue autor de un famoso discurso intitu- cosas pueden existir a su modo". Esta totalidad del hom- lado De la dignidad del hombre. Frente acabada, nada le faltaba. Pero, minado ni un aspecto propio, ni una prerrogativa tuya, para ante este mundo ya pleno, Dios se detiene y queda per- que obtengas y conserves el lugar, el aspecto y la prerroga- plejo.

Manetti, Clarissimi uiri Tanocii de Manectis Cratandum, Y dice Pico: desee, ser lo que quiera. Las cosas no porque todo lo comprende con el intelecto, sino porque en humanas son aquello que sus leyes les determinan ser.

Es obvio que no sostiene Pico que cada quien encuentra, por ejemplo, en jean Battista Gelli , florentino. Sele el hombre, en cambio, puede romperlas y pasar de un abren al hombre posibilidades para ocupar el lugar en la orden a otro, justamente por ser libre. Al elegir mi Bajo el poder del hombre se ha puesto poderse elegir del empresa me determino. Ya ella iba gozosamente a impetrarlo de su ma- cosmos. En este sentido, no. El hombre es, ante trascendencia.

No entendemos por "trascendencia" el ac- l. Leemos en el De Canjee- del orden de las naturalezas fijas al mundo de la posibi- lidad; trascendencia de la naturaleza a la cultura.

No mo es producto del trabajo. El mundo propio del hombre no es la natura- puesto a la naturaleza. A mediados del siglo xv, Poggio Bracciolini presenta transforma el entorno a su imagen. Con virtusy studium vence a la naturaleza. Llamaba al hombre, "ojo del o a las virtudes adormecedoras de un discurso.

El en Leonardo cobra una importancia especial. Opuscula, ed. Wilpert, Se trata de dos pasos y hierbas, plantas y lugares. El ojo ordena a la mano cambiar el mundo que los soldados. Porque ambos como caras de una moneda: el arte y la ciencia. Por el arte, panella. La la especie humana. Austral, Espasa Calpe, Buenos Aires, , p. Tratado de la pintura, ed. Garin, op.

El fin del hombre, aque- sitos. Lo que le otorga sentido es, en este lapso fugaz, darle una nueva figura al mundo que lo rodea, creando otro, hecho a su semejanza.

El hombre, piensa, necesita crear un espejo que revele su ros- tro; ese espejo es la historia. Si bien la ". Redescu- padores de ese periodo. En el origen de la moderna ciencia de la historia no persiguiendo.

Desde entonces la historia antigua cia y libertad. Libertad y creatividad aparecen cualquier sociedad. La fuente de la vitalidad de Florencia Maquiavelo. La historia es resultado del combate poderosos, sino a todo un pueblo. Al igual que grandes personajes, sino los pueblos.

Es ella la que hace el resultado de una lucha permanente entre el pueblo, en grandes a los pueblos y da honor a los individuos. La historia es resultado I de esas dos fuerzas. Lo que constituye su grandeza es la 1 H. Hay que prever los acontecimientos que no dependen de nuestra voluntad; para ello hay que No se me oculta que muchos creyeron y creen que la conocer sus causas y, una vez conocidas, el hombre fortuna, es decir Dios, gobierna de tal modo las cosas de este puede poner diques a la fortuna y darle a la historia el curso mundo, que los hombres con su prudencia no pueden corre- en que pueda cumplir los fines humanos.

Salemo, Milano, Mondadori ed. Son construcciones libres de la de Giordano Bruno. Aunque ese proyecto no es un programa de observaciones. Implican la idea de borrar el que el pasado. Ese proyecto es obra de la ciones. Cada quien debe cumplir el papel que le ha sido dado en la farsa. El mundo no tiene centro. A finales del siglo XVI, Giordano Bruno describe con entusiasmo la figura de un mundo infinito, sin centro ni periferia.

Desde puntos de vista diferentes, todos pueden ser vistos como centros o como puntos de la circunferencia, como polos o como zenits. Cerrar sugerencias Buscar Buscar. Saltar el carrusel. Carrusel anterior. Carrusel siguiente. Explora Audiolibros. Explora Revistas. Explora Podcasts Todos los podcasts. Dificultad Principiante Intermedio Avanzado. Explora Documentos. Puedes cancelar cuando quieras. En el De Conjecturis escribe: "en el interior de la potencia de la humanidad, todas las cosas pueden existir a su modo".

Me refiero a Giovanni Pico della Mirandola. Pico fue autor de un famoso discurso intitulado De la dignidad del hombre. Pero, ante este mundo ya pleno, Dios se detiene y queda perplejo.

El lugar del hombre es la posibilidad de darse un lugar. Manetti, Clarissimi uiri Tanocii de Manectis Cratandum, Y dice Pico: y a Pico de exclamar estas palabras: "Oh, suprema libe- ralidad de Dios Padre, oh suprema y admirable felicidad de ser hombre, al cual le ha sido concedido obtener lo que desee, ser lo que quiera.

Las cosas no humanas son aquello que sus leyes les determinan ser. Ninguna cosa puede darse una naturaleza. Al elegir mi empresa me determino. El hombre no sigue cauces marcados inevitablemente por sus pulsiones instintivas, como el animal; tampoco sigue lo Con entusiasmo y a la vez con cierta angustia, el hombre renacentista la anuncia.

Lo propio del hombre es pues la apertura de esas posibilidades. El hombre anticipa un futuro. Las cosas naturales tienen un desarrollo marcado por un derrotero fijo, el hombre no. Los humanistas del Renacimiento descubren que el.. La idea del hombre que acabamos de esbozar nos conduce a otro tema. No entendemos por "trascendencia" el acceso a un nivel de ser diferente al del mundo creado, el Renacimiento descubre otro tipo de trascendencia: el paso del orden de las naturalezas fijas al mundo de la posibilidad; trascendencia de la naturaleza a la cultura.

El hombre es, ante todo, posibilidad formadora de un mundo nuevo. En los primeros humanistas italianos se desarrolla esta idea. Con virtusy studium vence a la naturaleza. Studium, es conocimiento racional de las leyes naturales para poder dominar sus efectos, virtus no tiene el sentido de virtud moral, guarda el significado originario de la palabra latina. El esfuerzo denodado y el conocimiento racional le permiten superar su debilidad natural y dominar la naturaleza. Se 1 "De 36 Conjecturis", en Opera Omnia, t.

Opuscula, ed. Wilpert, El mundo propio del hombre no es la naturaleza, aparece ya al crear el lenguaje; luego, desde que aprende a hacer fuego hasta que inventa la magia y el arte, transforma el entorno a su imagen.

Por el arte, forjamos espacios nuevos. Garin, op. Austral, Espasa Calpe, Buenos Aires, , p. Y Tratado de la pintura, ed.

Es un segundo dios; como un dios, irrumpe en la naturaleza, la tuerce, rompe sus leyes para establecer otras. El fin del hombre, aquello que da un sentido a su vida, no es dejar cuanto antes este valle de dolor para vivir la eternidad.

Lo que le otorga sentido es, en este lapso fugaz, darle una nueva figura al mundo que lo rodea, creando otro, hecho a su semejanza.

El ideal del hombre griego era el del contemplador ocioso, el del renacentista, el del creador activo. Pues bien, el predominio de esa forma de racionalidad no hubiera -sido posible sin esta actitud que se manifiesta, por primera vez, en el Renacimiento. La idea de la historia ". Entonces adquiere. Pues bien, esa idea de la historia no hubiera podido desarrollarse sin el cambio de la figura del mundo que estamos persiguiendo. Es, en realidad, entonces cuando se redescubre la historia.

El hombre, piensa, necesita crear un espejo que revele su rostro; ese espejo es la historia. Por ello les urge volver al pasado e intentar restaurar la verdad del mensaje original. Las Historias del pueblo florentino de Leonardo Bruni, de , se convierten en el modelo de los posteriores historiadores.

Creadores de la historia no son los grandes personajes, sino los pueblos. Es ella la que hace grandes a los pueblos y da honor a los individuos. La historia es resultado de esas dos fuerzas. Lo que constituye su grandeza es la 2 Op. Mondadori ed. Austral, Espasa Calpe, Buenos Aires.

Esta atractiva imagen de Maquiavelo nos expresa su idea de la historia. Hay que prever los acontecimientos que no dependen de nuestra voluntad; para ello hay que conocer sus causas y, una vez conocidas, el hombre puede poner diques a la fortuna y darle a la historia el curso en que pueda cumplir los fines humanos.

En primer lugar, esas figuraciones difieren de los milenarismos anunciados por un fervor religioso, como los de la escuela de Joachim de Fiore, de los fratricelli franciscanos, o de los taboritas husitas. Se trata 4 "Discorsi sopra la Prima Decada Milano, Salemo, ed. Se asemejan en esto a las ciudades ideales que inventan arquitectos como Leonardo, Juan Bautista Alberti o Antonio Averlino.

En segundo lugar, esas obras artificiales se presentan como el marco adecuado para realizar una vida humana plena y libre. Tal es el caso de Giordano Bruno. El proceso del saber no se realiza por saltos o rupturas. Es, por lo tanto, un progreso continuo, en el cual lo pasado se conserva y acrecienta en el futuro. Frente al ideal de permanencia de la sociedad, el de una sociedad.

Pero tiene en el Renacimiento su germen. Pues bien, esa idea tiene su paralelo en la manera de concebir el alma y sus operaciones de conocimiento. Kristeller, Renaissance Harper Torchbooks, N. York, Pero no se trata de repetir las concepciones de los antiguos sino de repensarIas. Para la fe cristiana era importante mantener la creencia en la inmortalidad del alma individual. Aunque tanto los unos como los otros admiten la inmortalidad como una verdad de fe, rechazan que pueda ser demostrada racional- 52 mente.

La inmortalidad es derivada de las funciones del alma. El alma es, ante todo, actividad y unidad. Es un centro de actos dirigidos a todo.

Es el centro del universo y en ella se cifran y condensan las fuerzas de todo. Se adentra en todo pero sin abandonar una parte cuando se dirige hacia la otra, puesto que es el verdadero engarce de todas las cosas.

Pero se empieza a invertir la perspectiva: la naturaleza depende del alma, el ser de las cosas es el modo de estar "engarzadas" 2 "Theologla platonica", en Opera T. I1I, cap. Omnia, Bonega d'Erasmo, Torino, , 53 en el alma. Porque en el conocimiento el alma es foco, nexo de todo objeto. En el conocimiento, piensa Ficino, el alma tiene un papel activo.

El juicio es pues resultado de una actividad unificadora del alma, que le es propia. De la infinitud de la actividad del intelecto deduce Ficino la inmortalidad del alma. Al movimiento hacia el infinito del intelecto corresponde el de la voluntad. El amor no se contenta con ninguna de las formas bellas.

Nunca se detiene en lo que desea. XI, cap. De esta manera el universo, bajo el concepto del ser y de la verdad, es el objeto del intelecto;y de modo semejante bajo el concepto de bien es el objeto de la voluntad.

El primero obra para que el universo, en cierto modo, llegue a ser intelecto, la segunda, por que la voluntad llegue a ser universal. Contra Marsilio Ficino polemiza Pietro Pomponazzi. Su punto de partida es diferente. Laterza e figli, Bari, , p.

Pregunta Pomponazzi en el De Immortalitate Animae. Pero no depende de ellos como sujeto. El alma es fundamentalmente una fuente de actividad; pero entonces, cuando no tiene objetos a los que tender y sobre los cuales "On the Inmortality of the Soul'', en Cassirer et al.

VI, pp. Por eso Pomponazzi, aunque acepta la inmortalidad del alma como doctrina de fe, no cree en la posibilidad de demostrarla racionalmente. El alma no es vista como una substancia separable, sino como un foco de actividad que depende de los objetos para ejercitarse. El alma puede tomarse como objeto de conocimiento a ella misma-y autoconocerse.

El autoconocimiento es, piensa Campanella, distintivo del hombre. Ninguna otra cosa puede ser sujeto puro. Se trata de Charles Bouelles, quien firmaba sus escritos con su nombre latinizado de Carolus Bovillus. Siguiendo a los humanistas italianos, Carolus Bovillus sostiene que el hombre se otorga su ser mediante su oinus y su ars.

El mundo es unmundo substancial el hombre un mundo racional



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